Serás tú, que caminas como nadan las sirenas,
porque me empujas con tu risa a la locura.
Serás tú, noble corazón de diminuta ballena,
que ni el alba alegra las noches más oscuras.
Puede que mi odio trate indiferente a los armados,
que los huesos se encajen empujando unos alfileres
o que las flores no quieran brotar más de los laureles.
Pero dudo que tu cielo vete el paso a seres cuadrados.
Así que dime quién.
¿Quién eres tú para caminar como nadan las sirenas
o para empujarme a mí, con tu risa, a la locura?
¿Quién eres tú, noble corazón de diminuta ballena,
para impedir que el alba alegre mis noches oscuras?
No hay comentarios:
Publicar un comentario